Retomando nuestra ya clásica sección “Ayyy viejo… pasan los años y seguís hecho una bomba”, venimos en esta ocasión con el undécimo disco de unos legendarios muchachos íconos y pioneros del estilo death desde aquella incipiente etapa de mediados de la década del ’80. Los inseparables hermanos Tardy y su banda Obituary, continúan su rumbo directo al más allá teniendo bien en claro cómo deben sonar sin apartarse un ápice del death.
Aunque pareciese que el estilo estuviera en un parate, esto es tan sólo una sensación térmica, dado que la pandemia afectó a muchas bandas al posponer sus giras y a cantidad de músicos que se vieron obligados a detener sus creaciones artísticas, pero el death, irónicamente, nunca muere.
Tan vivo está el estilo que el comienzo de este año es muy distinto con respecto a los anteriores, ya que ya tenemos un sin fin de discos editados o prontamente por salir a la palestra pública, más varias bandas girando por el planeta, como ser Cannibal Corpse por EEUU y en breve por Europa, junto a Dark Funeral. O un ejemplo que nos involucra directamente y es Deicide junto a Kataklysm en gira por Sudamérica que incluirá Montevideo. A su vez, varias bandas ya han editado sus nuevos trabajos en estos primeros 50 días del año, como son Katatonia, Ahab, Crom, Atrocity, Leper Colony, entre otras.
El nuevo trabajo de estudio de los originarios de la ciudad de Tampa en el Estado de la Florida, EEUU, se publicó hace un par de semanas y se llama Dying Of Everything, el cual en líneas generales mantiene un sonido clásico con retoques de sonidos progresivos en ciertos temas del disco, lo que enriquece la realización artística.
En palabras del vocalista Mr. Tardy: “Creo que todo se reduce a la pasión. Digo esto todo el tiempo, pero si algo no es divertido, no lo haré. Y nos estamos divirtiendo más que nunca”.
El LP cuenta con un total de 10 canciones con una sumatoria de casi 45 minutos, donde se podrán escuchar algunos de los riffs más pesados de su carrera conjuntamente con unos acordes palpitantes y contundentes que te dan la energía directa para sobrellevar cualquier charla con tu suegra, convirtiéndola en una delicia imponente.
Abre el disco el tema “Barely alive”, siendo que ya desde su inicio te da un tortazo de pura exaltación, avisándote que si avanzás en el disco, la cosa se va a poner más y más dura. A pura velocidad es una embestida de ese toro que es el estilo death metal, agresivo y de identidad única. Comienza con un sonido y un grito de John desde lo más profundo de su ser, para continuar a puro trapo y velocidad.
A continuación, “The wrong time”, el primer sencillo del disco con video oficial ya editado, tiene su entrada con aires épicos y notas alargadas que proporcionan un tema de medio tempo con acordes de cuerdas por parte de Mr. Andrews y Mr. Peres, en tonos graves y gruesos aplastantes, con la melodía muy rítmica que caracteriza a la banda.
El tercer tema, “Without a consciente”, coquetea con el doom y todo lo referente a lo que hace a su estilo identificable y aceptable, donde las percusiones del otro Mr. Tardy sobre una parte de batería lenta son imponentes, siendo otra pista que tiene un riff realmente agresivo, y es tan pegadizo el ritmo que no podés evitar peludear tengas o no cabellera frondosa. Es otra canción con un riff asesino seguido de un gran solo, donde definitivamente Andrews marca su propio estilo simple, efectivo y genial.
Continuamos con el tema “War” y su inicio con esos sonidos de disparos de guerra que han identificado a tantas canciones del metal. Nos ofrece un espectacular riff lento con un ritmo de batería casi tribal súper groove por debajo, otro solo asesino, y donde te encontrás con una parte de guitarra acústica, desenchufada que aparentemente era Trevor Peres tocando el riff sin tener enchufada su guitarra. Luego vuelve a entrar al tema cambiando la batería debajo para enganchar el ritmo, todo lo que se traduce en sonidos interconectados y muy sutiles que realmente funcionan.
El tema que da nombre al disco, “Dying of everything”, es la oportunidad para cederle un poco de protagonismo a Mr. Butler y sus notas graves del bajo que son la esencia de este corte, donde logra un sonido distorsionado en sus partes. Las cuerdas con trémolos infalibles con el devenir de la canción se ponen en marcha a toda velocidad, y es donde en una nueva oportunidad podemos deleitarnos con otro experimento vocal de Mr. Tardy, con sus gritos de ultratumba al mejor estilo de cuando te aprontás para despertar a la tóxica a las 2 A.M. con intenciones indecentes y lo único que recibís son exabruptos dignos de un cuerpo poseído por el peor de los demonios y pronto para una sesión completa de exorcismo.
En el track número 6 nos encontramos con el tema “My will to live”, el cual nuevamente es característico de la banda con un riff lento que da comienzo para continuar en una forma de canción circular, en la cual Donald Tardy demuestra su vigencia para el estilo death metal, con toques de groove y sus palmas llenas de fuerza inagotable todo el tiempo, más sus pies siempre atentos y útiles en todo momento de la canción.
El tema “By the dawn” mantiene los parámetros inamovibles del combo de la vieja escuela del death, siendo precisamente los que les convierten en una apuesta segura. Un comienzo lento junto con el grito vocal arremolinado dando vueltas; luego un ataque del bajo que nos introduce a un ritmo más del heavy de los Sabbath, y cuando llegamos al coro, se nos agregan dos solos excelentes para finalizar con el estribillo, otra vuelta del bajo y retomamos el ritmo similar al de los padres del metal antes nombrados para una magistral culminación.
Seguimos con “Weaponize the hate”, un tema con un riff muy marcado, constante y parejo durante toda su interpretación, convirtiendo a la canción en una muy rítmica. Con apenas un par de cortes de los ya clásicos y conocidos en donde en el primero se ejecuta un solo con un brillo de trémolo inaudito, y para el segundo es sólo un descanso de ritmo, un pequeño corte y una quebrada para retomar todos nuevamente el riff original.
Para el penúltimo asalto la banda nos tiene una sorpresita de mucho agrado. El tema que se nos presenta se llama “Torn apart”, el cual nos ofrece un tipo de riff al mejor estilo hardcore, convirtiendo a la canción en una muy pegadiza por su ritmo. El tema, como es clásico, tiene un par de parates. En uno de ellos hay un solo de Andrews ejecutado con mucho vibrato, para luego en el otro corte, juntarse todos los instrumentos para reiniciar el tema con un riff muy galopante como para cabecear de lo lindo hasta el final del mismo.
Para el cierre, el tema “Be warned” un tema doom 100%. Lento, pesado, difícil de digerir así como cena con tu suegra. Es una canción de doom, dark, funeral metal con tan solo una pequeña remontada al final del riff de guitarra, tímido casi imperceptible y que no degenera el tema en su esencia. Es una pista de molienda lenta brutalmente pesada, con un gran solo y armonías agradables, con atmósfera a oscuridad, podredumbre, muerte, y todo resumido en un Obituario.
En resumen, este undécimo disco demuestra que la fórmula sigue vigente, inalterable y funcional. Medios tiempos con leves aires de doom, acelerones aunque nunca exagerados y puntuales, guitarras espesas, viscosas y ásperas como lija 8, ritmos inmisericordiosos, baterías como martillos y un doble bombo a todo fragor sumado a la marca patentizada del grupo, como es la voz inigualable de John Tardy y su forma de vociferar como si se desmembrara el estómago con un guiso de mondongo y sin ningún antiácido a la mano.
El detalle que para la banda nunca es tan relevante como la música, son sus letras, y así lo ha declarado John Tardy en una entrevista: “Las letras son lo de menos, queremos que suenen como un instrumento más, así que no les damos más importancia que el impacto sónico que provocan”. Y otro ejemplo de ello es el propio título del LP. Muerte, odio, guerra y miseria mezclados en un cocktail explosivo que siempre les ha funcionado de manera significativa.
En cierto modo, sabés que podés dormir tranquilo y destapado, que Obituary se mantiene fiel a su estilo sin apartarse ni un ápice. Lo que escucharás en este undécimo álbum, tal vez no sea algo original, novedoso o desopilante, pero lo que sí es seguro es que es algo absolutamente genial de principio a fin y, en muchos sentidos, también es más diverso y diferente de lo que los has venido escuchando, por lo que resulta en algo beneficioso para la salud. Y como se vende sin receta, ¡¡¡es de un consumo altamente recomendado!!!
Tomás Cámara