Trípode presentó recientemente su primer EP, en el cual logra captar y plasmar el espíritu de la música punk, con toques de otros estilos, que enriquecen la propuesta. Resolviendo de manera eficaz, la música y las letras aúnan esfuerzos para llegar a la meta… y lo logran. Podemos decir que el resumen presentado por el disco es muy bueno en sus características principales.
Un EP muy efectivo, ya que logra traslucir la intención de la banda en los cuatro temas que lo componen. Aún no conociendo su línea de trabajo, la coherencia musical presentada en la variedad de las canciones (aunque parezca una contradicción) da una imagen clara que queda fundamentada, precisamente, en esa variedad.
El disco fue grabado entre febrero y agosto del 2021 en Sala El Acople – Estudio IFU, siendo el ingeniero de sonido, Daniel Blanco. La banda está compuesta por Mauro «Gato» Aparicio en batería, Brian «Eddy» Ferreira en guitarra y voz y Matías «Ramone» Comini en voz y bajo. Según la propia banda, “sus letras hablan desde la crítica social, al sistema impuesto, el desamor, el lado oscuro del amor, la locura y hasta la esperanza de un cambio desde dentro del individuo”. Los temas que componen el EP son:
Encontramos canciones con coros que se quedan con uno, como “Pastillas” y “Juan pueblo”, que logran erigirse en dos puntos destacados por este motivo, apoyados en letras interesantes. La trascendencia de los coros queda plasmada al final de “Juan pueblo”, con la hinchada repitiéndolo. Más allá de esta particularidad, encontramos variedad y riqueza en las composiciones, y frescura en las interpretaciones. Suenan libres en la propuesta, puesto que a pesar de tener una orientación definida, los distintos elementos que la componen aportan desde diferentes lados, agregando contenidos variados.
Un trabajo que merece ser escuchado y que sirve mucho como carta de presentación de la banda. Es una probada, una introducción que levanta expectativas para futuros trabajos, pero que de momento se transforma en un EP muy disfrutable. Así que, a escucharlo.
Ariel Scarpa