Memorias: Gato Eduardo y Fito Páez

Memorias de la revista Sólo Rock disparadas por las entrevistas realizadas al Gato Eduardo y a Fito Páez en el año 1988.

GATO EDUARDO

El Gato fue la entrevista con la que festejamos el primer año de vida de nuestra revista. ¿Qué puedo decir del Gato que no se sepa? Nada. Pero puedo contar algún que otro detalle. Lo contactamos en primerísima instancia, cuando comenzábamos a repartir unos pocos ejemplares de nuestro número 0 para recabar opiniones. Ese número era súper artesanal, hecho como ningún otro, y la verdad que daba lástima. Pero, propio de nuestra juventud, salimos a dar la cara con él en la mano. Y nos fuimos hasta un Templo del Gato para mostráselo y ponernos a las órdenes. Por supuesto que nos dio para adelante, en esa faceta tan característica del Gato de impulsar las iniciativas artísticas.

Decenas de Templos a los que concurrimos como público, y algunos en los que permitió que la banda en la que yo tocaba se presentara: Zalacaín, Kiel, La Cumparsita, etc. Instantáneamente en el primer contacto, a lo largo de los Templos y en la entrevista que le realizamos, pudimos comprobar su calidad de persona. Un tipo abierto, franco, generoso y respetuoso. Un gran artista que supo ganarse un lugar y abrir las puertas para muchísimos grupos que tocaron por primera vez en alguno de sus Templos. Gran responsable de la movida inicial del rock de los ’80 y su continuidad en el tiempo.

Cuando retomamos actividades con la revista en formato digital, lo contacté nuevamente. Le dije que quizás no se acordara de mí. “Por supuesto que sí”, me dijo. “Me hicieron la nota en un apartamento de la calle Libertador”. “Vos tocabas con Heber en Rantés, donde cantaba aquella chica”, entre otras cosas que me mencionó. Impresionante: el tipo se acordaba de esos detalles 30 años después, habiendo pasado cientos de bandas por sus escenarios con miles de aventuras y anécdotas.

Cada vez que se abra una cueva para el rock, en el ambiente estará flotando su “Blues de Alicia” o algún otro de sus clásicos. Aunque no se escuche, allí estará. Porque es parte fundamental de ese cuasi movimiento de rock uruguayo.

 

FITO PÁEZ

Fito no fue nuestra primera entrevista internacional, anteriormente habíamos entrevistado a KGB, grupo argentino que había venido a tocar a Montevideo Rock II. Pero Fito era mucho más grande que KGB en aquel momento, dicho esto con todo respeto. Fiel a nuestro estilo desenfadado y que nos importaban un carajo muchas cosas, marchamos al Hotel América, donde Fito se alojaba por un concierto que iba a dar en Montevideo en esos días. Preguntamos en recepción por su habitación, nos dijeron el número y allá subimos. Esto hoy no pasa de ninguna manera. La cuestión es que Fito estaba, y no sólo nos recibió, sino que se prestó a la entrevista.

Tal como se lo ve en las fotos que acompañan el reportaje, desgarbado en su look de sus 25 jóvenes años, despreocupado de quiénes éramos nosotros, y quizás un poco curioso por la situación, la charla transcurrió como con cualquier otro entrevistado. Hasta se prestó para el chiste de la foto leyendo nuestra revista. Nuestras preguntas fueron descontracturadas, al igual que sus respuestas. Aunque él no era de mis artistas preferidos, yo estaba muy conciente de quién tenía enfrente. Y más allá de que, por supuesto, él no tenía ni idea de nuestra revista y que seguramente le importaba un pito, la cuestión era que Sólo Rock nos daba la oportunidad de entrevistarlo mano a mano, sentados los tres en su cama.

Hoy por hoy sería una situación impensable. Cuando resulta complicado a veces llegar a entrevistar a nuestros propios artistas famosos, mucho más difícil resultaría con Fito. Pero nos quedó la nota y la anécdota, que junto a la entrevista, no son poca cosa.

Ariel Scarpa