Unas semanas atrás, en una FM local, el guitarrista de una banda punk de larga trayectoria declaró «no saber lo que era un Do», ante la mirada atónita del conductor radial. Esa declaración del sincero músico es el disparador del siguiente artículo.
Lo instrumental en el punk es uno de los temas más contradictorios que ha existido en el arte moderno. Toda ejecución musical requiere una mínima destreza, pero el punk utiliza los instrumentos de forma tan primaria y cruda que ya dejan de serlo. El punk volvió a demostrar, como había ocurrido en sus orígenes, que sólo se necesitan 2 acordes y una actitud para tocar rock.
Subestimado musicalmente por la prensa y la industria, sin éxito masivo de ventas, el punk (inicialmente formado en las colas de desocupados) sigue siendo el género maldito del rock. Si aún hoy es complejo definirlo, la interpretación punk de la guitarra es aún más difícil. Lo cierto es que está marcada por los ritmos stacatto en semicorcheas interpretados por Johnny Ramone, quien influenciado por el desaparecido Ron Asheton de los Stooges, crearía el veloz y constante estilo rítmico de “power chords” (el típico acorde I-V-I) que se volvería una característica del punk rock inspirando generaciones enteras. De hecho, el incesante “down-picking” (ritmo marcado con el movimiento de la púa siempre hacia abajo) de Johnny Ramone fue tan revolucionario (hasta ese entonces los tecnócratas no tenían una definición para tan primitiva forma de ejecución) como las líneas de solos tipo vientos de Charlie Christian lo fueron hacia fines de los años ’30. Lo más interesante (toda una declaración de principios) es que el veloz “down-picking” de Johnny surgió a partir de consideraciones prácticas: “cuando empecé a tocar, era una manera de mantener el tiempo, ya que me daba la posibilidad de contar las partes: 1, 2, 3, 4 y pasar al acorde siguiente», dijo Johnny, quien empezó tocando su legendaria Mosrite Ventures II azul (comprada por 50 dólares luego de confundir al vendedor Manny Goldrich) conectada directamente a 2 cabezales Marshall que alimentaban 2 gabinetes también Marshall de 4 x 12.
Sin un entorno tan receptivo (en su momento) producto del enorme poder compositivo de Dee Dee, los Ramones se hubieran visto obligados a aprender solos de guitarra y hubieran terminado como ZZ Top o Aerosmith. Si no fuera por ellos, los sonidos angustiados y retorcidamente intelectuales de bandas como Patti Smith Group, Television, Richard Hell and The Voidoids, Wayne County, Blondie, Mink De Ville o incluso Talking Heads, nunca hubieran traspuesto los límites de Manhattan.