Las flores de hibisco abrazadas entre las ramas y las rejas de hierro
podrido
Soportan el peso de un murciélago chillón
Mientras, esta primavera maldita
derrama por las aceras nocturnas
su perfume
de hembra fatal…
Las Flores y El Dolor
en
La música que importa

Las flores de hibisco abrazadas entre las ramas y las rejas de hierro
podrido
Soportan el peso de un murciélago chillón
Mientras, esta primavera maldita
derrama por las aceras nocturnas
su perfume
de hembra fatal…

Que reo este viento sucio que dejó la tormenta
castiga las ramas flacas de mi anacahuita
Lo miro a través de mi ventana,
casi me quemo un dedo, apagó el cigarro en un platillo
viejo,
la ceniza blanca me hace pensar
verla
es como recordar la brasa ardiente del pucho
como ver un carbón
recordando un fuego
majestuoso

“…en un pernó mezcló a París con Puente Alsina
Fuiste compadre del gavión y de la mina
Y hasta comadre del bacán y la pebeta
Por vos shusheta, cana, reo y mishiadura
Se hicieron voces al nacer con tu destino
¡Mezcla de faldas, querosén, tajo y cuchillo
Que ardió en los conventillos y ardió en mi corazón…!”

he visto a las peores mentes
de mi generación escarbar entre
sus ruinas
abrir la tierra una y otra vez
para ocultar los cuerpos
olientes y traicionarse a sí
misma

“Son cuatro sombras en la humedad
Nunca hubo besos ni lindos juegos
Son cuatro brujas con cara de niña
De pronto el fuego cambiará sus caritas”

Llueve,
vomita, escupe el cielo indómito
su furia en forma de agua.
Llueve.
Y patinan sobre el tejado, en carrera mortal,
gotas, precipitándose hacia el pavimento.
Majestuosas, gordas, suicidas.
Revientan, se transforman en flores por un segundo.

En el apartamento de “Taquito” no existía espacio en las paredes libre de frases y dibujos pintados de todas maneras, salvo atrás del armario y del ropero. Era un apartamento con living comedor, cocina, cuarto, baño y un pequeño balcón interior. Las frases rozaban la locura y parecía la casa de Charly García en los ’90. En la casa nunca faltaba el salamín y el queso para una picada. Y el escabio podía ser un vino, una caña, un Espinillar o alguna petaca de whisky barato.