«Abre la puerta que soy el diablo que vengo con perras; abre chiquilla, las piernas que vengo a clavarte semillas.
Como cada día en el infierno me aburría me fui de bar en bar;
vi a la virgen María, cansada de ser virgen, metida en un portal.
Si llega la policía no es pecado, vida mía, ponerse a disparar,
guardé la artillería, es que me estoy haciendo viejo
Y ya empiezo a razonar…»

Pisando el asfalto, partido, gris, tenido con la tenue luz amarilla de las farolas que se cuela entre las tupidas copas verdes de los fresnos callejeros. Coomo siempre, me colgué en esos detalles y al intentar beber de la botella, me manché con tinto la camiseta de David Bowie.

La cerveza enfriaba mis tripas calientes, sentado en el pasto recién cortado de la plaza frente a la Terminal Tres Cruces.
El viento llevó el humo de mi cigarro a la cara de dos chicas cubanas que miraban el atardecer; molestas, se levantaron y partieron diciéndome algún insulto que no pude descifrar.
La caída del sol naranja trajo a mi cabeza varias imágenes, recuerdos…

La tarde de ese viernes murió con estilo, deslizando sus últimas luces entre las ramas desnudas de los árboles de mi calle. Tiñendo el horizonte de un rojo intenso, mientras la noche agazapada, esperaba. «¿Whisky, Nico?», me preguntó Martín, haciéndome apartar la vista de los ventanales del viejo Bar Smidel. Asentí, «Dos Johnny dobles, Alexis». Bebí un trago largo que me calentó las tripas. «Martín, ¿te acordás cuando acá enfrente era La Última Curva? «. «Sí, no me olvido más el sábado que vimos a Buenos Muchachos y Neanderthal».

Los ojos de María del Mar eran de un verde oscuro, malva, casi como el de las hojas de marihuana cuando están demasiado secas. Pero lo más bonito era su mirada, cuando al preguntarle algo te clavaba en tus pupilas esos ojos, mientras hacía una pausa, para luego responderte. La conocí una tarde de sábado en el Bar Jj en Villena, España. Lugar donde tras un amor, fui a vivir uno de los capítulos más interesantes de mi vida; casi tres años que incluyeron casamiento, divorcio, trabajo, amores, tristezas y alegrías.