Michelle Víquez llega al público en general a través del programa televisivo La Voz Uruguay. Desde el primer momento descolló mostrando su actitud, su potencial y su voz, precisamente. Sus destacadas actuaciones la llevaron hasta la final del certamen, lo que le significó algunos cambios en su vida, suspendiendo la actividad de su banda Hairspray para comenzar a desarrollar su carrera solista, que hoy continúa en ambas márgenes del río marrón que nos separa de Argentina. El metal es su bandera, pero hay mucha música dentro de Michelle y muchas cosas para decir, en las que profundizamos en el siguiente reportaje.
SR: La historia de cómo llegás a La Voz Uruguay y de tu triunfo y el del rock, ya es conocida. ¿Cómo fue tu vida a partir de que ganaste en el certamen?
Michelle: No gané, fui finalista. Eso fue algo como una especie de “fracaso”, porque me quedó como ese sabor amargo. Pero me sirvió mucho. Más que nada porque vuelve a recalcar que el rock todavía está un poco muerto y que falta todavía que la gente le dé bola y que vuelva a ser lo que era antes. Creo que ya no es un género principal, lamentablemente. Eso reafirmó la teoría de que, si quizás yo hubiera ganado, iba a ser una sorpresa porque podría significar que la gente le dio bola al rock, pero no. Es como que volvimos a lo mismo, como que fui a hacer un poco de ruido, nada más. Pero también por un tema de contratos, porque hay toda una parte burocrática del programa de la que me salvé. Si hubiera ganado, hubiera tenido que pedir permiso para sacar música. Mi música no sería propia, sino de una discográfica, de un sello. O sea, me re sirvió, porque en tres meses ya estaba liberada. En esos tres meses compuse el disco, lo grabé, todo. Trabajé en eso y aproveché la visibilidad de haber estado en la tele para sacar la música ahora. En ese momento pensé: “Bueno, perdí, ¿qué tengo que hacer ahora?”. Y si ganaba era lo mismo, aprovechar este golpe de suerte, de éxito, de visión, como lo quieran llamar, para sacar la música, mostrarme. No parar. O sea, ahora tiene que empezar mi carrera musical. Chau, es ahora. La vida me dijo que tenía que empezar ahora.
SR: Y después rápidamente también cruzaste el Río de la Plata.
Michelle: También eso, ¿no? Hace años que acá vengo luchándola, cantando en bares, lo que sea, y después La Voz. Pero no deja de tener un techo en algún momento en cierta parte. Si te soy sincera, me quedé un poco expectante en los meses después de La Voz por ver si me llamaba alguien, si me salía alguna oportunidad de algo, algún productor o algún canal de televisión. Y no. Entonces dije: “¿Qué voy a hacer?, ¿me voy a quedar acá? Aparte en Argentina, para lo que yo hago que es glam, metal, hard rock, lo que sea, creo que puedo tener mucho más éxito allá y vivir de lo que me gusta. Además de que es un país que me encanta. Y también el uruguayo le da mucha bola al uruguayo que triunfó en tal y tal lado. Natalia Oreiro lo hizo en Rusia, Argentina, o sea, es como que en algún momento te tenés que ir o tenés que mover tu material a otro lado. Pero no es que yo quiero irme y decir que soy argentina o irme a hacerme la estrella. Mucha gente me dijo que tenía que pelear por el rock y en Uruguay. Pero no, yo estoy peleando por un sueño propio mío de que quiero algo. Estoy en claro de que quiero esto y no me importa si lo tengo que hacer acá, en Argentina, en Alemania, en Suiza, en Perú, en Brasil o donde sea. Quiero lograr eso. Y después de lograrlo, bueno, cuando ya tenga un éxito o tenga más renombre o tenga quizás una carrera importante con más trayectoria, obviamente intentar que mi país empiece a hacer lo mismo, ¿no? Quizás necesitamos alguien que se anime, que lleve la posta para que más gente vea que en Uruguay se pueden hacer grandes cosas.
SR: Allá en Buenos Aires te presentaste también en un certamen.
Michelle: Me presenté en Bienvenidos a Ganar, que es del Canal 9 y lo conduce Laurita Fernández. Tiene un formato bastante distinto, y gané dos veces. La gente es súper copada. Yo pensé que me iban a excluir un poco por ser uruguaya, pero nada que ver. Al contrario, les encantó, y me llamaron este año para que yo arrancara. Le cambiaron el formato del programa para que empiece con un campeón, con gente que tenía que ir a cantar y destronarlo. Y me llamaron a mí para que sea la primera campeona, ya que había ganado el año pasado. Estuve ahí un par de semanitas. Obviamente, sacando los premios y toda la cosa, como visión, verme ahí… ya la gente de Buenos Aires, de Argentina en realidad, me conoce. No importa que sean pocas, ya hay gente que me vio. El otro día mi novio justo fue a una radio por su banda y me invitó ahí a cantar. Canté, y alguien del chat me ubicaba. Esa hilada de contactos está buena. Los argentinos son más sangre caliente y festejan todo. Acá el uruguayo quizás dice que hay que apoyar más y todo, pero al momento de apoyar -y me incluyo igual- no apoya. Vas y ves a cinco metaleros atrás del todo, de brazos cruzados mirando a la banda con cara de “a ver éste qué va a hacer”, y todo el tiempo en la mira, juzgando. El argentino no es así. Quizás de cierta manera no está tan bueno porque festejan todo, pero apoyan muchísimo, muchísimo. Yo me sorprendo que mi novio, por ejemplo, tiene una banda tributo a Cinderella, y fuimos la otra vez a un bar y había poca gente. Yo he tocado acá en Uruguay para 60 personas, ponerle 70, 100 capaz, en un bar y cuesta que la gente agite. Y son bastantes personas. Decí que yo hago un show como que estoy re conectada con la gente y un poco más los amenazo para que vengan al escenario (risas). Pero en Argentina, si son 20 personas, están las 20 pegadas al escenario, gritando, y es esto, ¿ves? No es por desmerecer, pero la banda de mi novio es una de tributo, son covers. Porque acá a veces te encajan la excusa de que son covers y que quieren apoyar una banda que tenga material propio. Ni siquiera eso. Después mi novio tiene su banda también, Lombardía, que está muy buena, te la recomiendo, que también la gente se copa. Me gusta ir a un lugar donde se me abran las puertas totalmente, no parcialmente como acá, que sí hay mucha gente que me apoya, pero mucha gente que no le gusta apoyar o no lo hacen de la mejor manera. Y allá al ser uruguaya es como que te valoran más. Allá soy la uruguaya, acá soy una más del montón.
SR: Allá siempre hay más posibilidades de que te vea gente que no te conoce y el público aumente. Acá todos te conocemos, allá hay mucha gente que te va a descubrir. Pero como bien decías, es como un primer paso. O sea, hoy es Argentina, Buenos Aires, pero mañana puede ser cualquier otro lado.
Michelle: Siempre busco nuevas cosas, como estar todo el tiempo reinventándome. Creo que Argentina es un gran primer paso. Quizás puede ser el último, no sé…


SR: Hasta ahora lo tuyo es un proyecto solista. ¿Vas a seguir en esa línea o pensás armar alguna banda más estable?
Michelle: Por el momento, proyecto solista. Es por el motivo de que me cansé de darle energía a bandas que quedaron en el medio. En una banda todos tenemos que tener las mismas ganas, las mismas ideas. Ya si hay uno que piensa distinto, es un problema. Es muy complicado tener una banda, la verdad. Yo pensé que era mucho más fácil y me resultó mucho más fácil ser solista. Más allá de que a los músicos que me apoyan siempre les doy lugar, no es que digo “se hace esto, esto y esto”, no soy un sargento. Siempre les digo: “Che, ¿alguna idea o algo?”. O ellos me aconsejan. Ahora que estamos haciendo como todo el disco en vivo, hay mucha nutrición de eso, de aportes. Mono Vargas, que es un bajista excelente, un muy buen músico que tiene un oído espectacular, me ha tirado consejos y yo he tomado muchos, otros capaz que no. Hay ese intercambio de ideas, pero igual yo tengo la última palabra. El proyecto sigue siendo mío y las ideas son mías, ya sean de videoclip, de foto, de esto, de lo otro. En una banda está la lucha de egos, que creo que eso es lo que mata. No fue tanto en mi caso la lucha de egos, pues siempre me tocó trabajar con buenas personas. Obviamente que hay casos en los que no, pero más que nada fue la falta de compromiso, quizás. Yo soy una persona que vivo para esto, no tengo otra prioridad. No es que soy una vaga que estoy sólo para esto, hago un montón de cosas más de la vida que uno tiene que hacer sí o sí, como quizás trabajar de cosas que no te gustan o romperse el lomo con otras cosas, pero mi mente está todo el tiempo acá. Entiendo que lo otro es un hobby, quizás, esto es realmente a lo que yo le pongo. Y las otras personas en las bandas no eran así, que tampoco está mal, pero tienen que estar todos tirando para el mismo lado. Por eso, solista. En Hairspray, que fue uno de los últimos proyectos, en realidad no se dio por un tema de compromisos. Había gente en la banda que no tiraba para el mismo lado, no tenía las mismas ganas o no le ponía el mismo corazón. Y también por unas cuestiones humanas. Yo siempre digo: “Está todo bien con la banda, pero si a mí me traicionás o hay algo que no me gusta humanamente tuyo, chau”. No me interesa tocar con alguien que tenga malos valores o que sea una persona de mierda. Fue lo que pasó un poco con algunas bandas, con otras, no. Hairspray tiene canciones inéditas que nunca sacamos, canciones muy buenas con las que yo estoy recontenta con el resultado. Y bueno, tengo ganas de que en algún momento se concrete eso. No va a ser ahora ni el año que viene, va a ser más adelante, pero tengo ganas de que sea una linda formación, de sacar música antes de presentarnos en vivo. Es algo que quiero que pase. Además es un proyecto que comparto con Chani, que es amiga desde siempre. Las dos nos tatuamos el logo y tenemos ese sueño compartido. Y quiero hacerlo también con Betty, que es la bajista. Tenemos eso puntual que se va a cumplir.
SR: Una banda te complica en algunos sentidos, como vos explicabas, porque tenés que ceder con otras personas. Pero también un proyecto solista es súper desafiante.
Michelle: Sí, claro. Pero a mí me desafiaba más la banda por un tema de que a mí, en cuestión de ideas, hay muchas cosas que no me gusta ceder. Tengo esas complicaciones. Si yo me pongo a pensar en si esto fuera una banda, From The West quizás, no estaría 100% satisfecha con el disco, ni quizás con el videoclip, ni con la tapa, porque todo hubiera sido distinto. A no ser que la banda diga que me dejan todo en mis manos. Pero no, siempre hay un roce de algo, de mínima cosa. Entonces, para mí fue un desafío en ciertas cosas, pero en otras, no. No lo fue en la parte de ideas, de llevar a cabo un proyecto. Sí me complicó quizás en la división de plata, la división de gastos. Yo soy sola para todo, más allá de que ahora poco a poco uno se arma un equipo. Mis músicos están firmes, o la gente de los videoclips, Boulevard Artistas, que son unos genios que están ahí al firme, o la gente del merchandising. Como que de a poco vas delegando. Al principio sos vos con una mochila de ladrillos arriba y aguantándotela, pero creo que es mejor ese peso pasárselo a otro.
SR: ¿Cuáles pensás que son las claves de tu éxito?
Michelle: Bueno, el éxito que tengo ahora espero que en algún momento sea más. Yo creo que son la constancia y la manija que le pongo. Todo el pienso, eso de que no sea un hobby. Soy súper constante y súper pasional con esto. Yo podría soñarlo en grande, de llenar estadios, de generar teatros, de lo que sea, pero nunca lo voy a lograr si no hago algo. Entonces es eso, pasión y compromiso y constancia. Creo que eso es como mi fórmula.
SR: Y tu voz.
Michelle: Bueno, también. Todo el mundo a veces me dice: “Tu talento y no sé qué”. Yo nací con eso, entonces no lo veo como algo alucinante. Reconozco que tengo buena voz, pero quizás no lo veo como una maravilla porque estoy acostumbrada desde siempre a cantar así y es mi manera. Pero entiendo que para otra gente es súper erizante y súper emocionante. Si mucha gente te dice algo es porque se emocionan cuando cantan conmigo, y lo veo en las caras. Es algo que me encanta ver. En el vivo disfruto mucho ver la cara de la gente, la reacción; ver cómo arrancan el show y cómo lo terminan. Quizás me encariño con una cara en el show y la miro todo el show, y después veo que cuando termina está con los ojitos brillosos o llorando o lo que sea. Eso me encanta y entiendo que mi voz transmite eso.

SR: Además de la puesta en escena, que es muy buena también, y las canciones. ¿Cómo te llevás con la composición?
Michelle: Bien, muy bien, aunque tengo mis bloqueos. Ahora, por ejemplo, estoy pasando un momento de bloqueo, pero no me quiero apurar. Siempre que tengo un momento de inspiración, guardo. El segundo disco, por ejemplo, salió bastante rápido porque hay muchas letras que compuse en el 2021 y quedaron ahí. Siempre guardo todo en una carpeta, sea una frase chiquita, sea una palabra, porque es inspiración que en algún momento tuve. Ahora estoy un poco bloqueada, pues estoy intentando empezar a escribir el tercer disco, pero ya creo que estoy como sobrepasada de información, entonces tengo que bajar un poco. Quizás ponerme a tocar en vivo para salir un poco del estudio. Ya vengo con el primer disco, ahora el segundo y me parece que me estoy metiendo en un terreno peligroso. Además tengo una idea muy clara de lo que quiero que sea el tercero. Pero eso, quiero darme tiempo. Los bloqueos son lo que más me cuesta, pero después me llevo súper bien con la composición. Hay veces que salen letras en 10 minutos, como fue “Real love”. “Lady wild” también escribí la mitad un día tipo a las 3 de la mañana, y al otro día me levanté y la terminé. Hay algunas que cuestan más. En “From the west” tenía la idea general de la canción, pero no sabía qué metáforas usar. Soy muy fiel a lo que siento en el momento. Si estoy triste, no compongo una canción feliz. Yo escucho cómo me siento en el momento, aunque capaz estoy escribiendo una letra triste y a las horas estoy completamente feliz y escribo otra cosa totalmente distinta. Voy manejándome con el sentimiento en el momento.
SR: ¿Primero la letra y después la música? ¿Cómo te llega?
Michelle: Depende. Me resulta más fácil si la música ya está compuesta. Me parece una papa agregarle una letra arriba a eso. Mucho más desafiante es empezar por la letra, que es casi la mayoría de todo de lo que hago, porque no toco ningún instrumento, sólo la batería, pero componer con batería no se puede porque no es un instrumento tonal. No sé tocar la guitarra, no sé tocar el piano, es algo que quiero cambiar para facilitarme a mí, no quemarme tanto la cabeza. Pero siempre letra. Si yo te mostrara los chats con los músicos o el productor, te querés matar. A las 3 de la mañana, un audio mío: “Mirá, se me ocurrió esto: ta ta ta ta, tu ta ra tu, tu ca tu ta”. Como instrumentos cantados. Muchas veces se me ocurre la música y la canto porque no tengo manera de tocarla. Me manejo mucho así, con los guitarristas también, y está bueno cuando el otro entiende y me manda algo. “Entendiste perfecto”, o “no entendiste perfecto, pero me encantó eso”. Eso creo que es más desafiante, pero si me das la música te escribo 20 letras en un día. En la mayoría de las canciones de From The West, te diría que salió primero la letra, menos “Real love”, “Lady wild” y “Lost in the dust” que salieron con la música primero. Yo ya tenía un concepto de lo que iba a hablar y la música salió primero. Después fue agregarle la letra, no más. Si veo que una música tiene potencial y que puedo escribir una muy buena letra arriba, perfecto. No fuerzo a pegar una letra a una música.
SR: Del primer disco hablamos bastante en el video que filmamos para Comentame Tu Disco. Contame un poco del segundo, y ahora mencionaste hasta un tercer disco.
Michelle: El segundo es algo mucho más sentimental. El primero fue una carta de presentación de mi historia, de una parte general. El segundo habla más profundo. Hay canciones que hablan un poco sobre mi ideología musical, como el tema que se llama “Who said rock and roll couldn’t dance?”. Yo estoy muy “criada”, digamos, en el ambiente del metal, pero tengo una vida atrás que venía de escuchar pop, disco, tango, folklore en mi familia, de otros contextos no tan metaleros. Realmente me hace preguntarme por qué hay metaleros o metaleras que dicen “esto es metal y punto”, y cuadrado. No, se pueden sacar un montón de cosas ricas de otros géneros, y escuchar y apoyar otras cosas. No vas a dejar de ser metalero por ir a un concierto de pop o por un día querer abrirte a una experiencia nueva, ir a ver cumbia, por decirte algo, por más de que después no te guste. Como que está muy encasillado. El rock and roll me hace bailar. Realmente, la música que yo hago me encanta bailarla, y por más de que no sea una córeo quizás convencional, yo lo bailo. Me encantaría que en mis shows no hubiera sólo pogo. Me parece lo más aburrido del mundo ir y hacer pogo. Quiero ver a la gente bailar, moviéndose como quiera, pero bailando. Supuestamente el rock and roll no se puede bailar, y para mí es todo lo contrario. Después en el segundo disco también hay canciones con melodías más oscuras; hay una que se llama “Iron heart” que habla de un amor pasado mío. Abro un poco más mi corazón en relaciones pasadas. Hay otra canción que se llama “Special boy”, que es sobre un amor que yo creí que era importante… y no. Hay dos canciones que hablan de amores viejos que las tenía escritas hace bastante tiempo ya. Después hay otra, que está muy buena, que creo que va a ser el single, no sé. Está en pelea con otra que se llama “The rock and roll queen”, que es un poco lo que la gente me dice, ¿no?, la reina del rock and roll. A mí no me gusta ponerme en ese lugar, porque hay un montón de mujeres rocanroleras o metaleras acá, pero es como que me han puesto esa bandera de “vos tenés que ser la que lleve el rock a esto”. Y bueno, si la tengo que tomar, la tomo. Está muy buena esa canción, es una especie de rock and roll clásico, tiene una mezcla de Elvis Presley con rock de los ’70 y también tiene heavy metal. Y hay unas canciones en composición aún terminando de grabarse. Va a ser un EP bastante interno, no tanta historia de vida por fuera, sino Michelle con su cabeza y su corazón ahí.
SR: ¿Tiene nombre ese EP?
Michelle: Sí, You Will Never Forget My Name, que es una frase de “From the west”. Está como un poco conectado y hay canciones que hacen referencia a otras cosas de este álbum. Como que sigue el legado de “me odies o me ames, no vas a olvidarte de mí nunca”. Sea por mi pelo o por la cadena, por lo que sea.
SR: ¿Y el tercero?
Michelle: Para el tercero tengo pensado que sea bien metalero, W.A.S.P., una onda así. Porque es también la música que me gusta a mí. El primer disco quise que tuviera country, pop, rock, heavy, como todo una ensaladita de frutas, linda, roquera, como carta de presentación. El segundo habla un poco de lo interno mío, así que jugué con varios géneros distintos. El tercero quiero que sea metal, quizás hasta sin balada. Estoy componiendo mucho desde el lugar del enojo, de la ira, de la adrenalina, de la potencia.
SR: Siguen siendo todas canciones en inglés.
Michelle: Sí, de momento sí. No creo que saque álbumes en español, lo que puedo llegar a hacer es música en español con canciones sueltas o colaboraciones con otros artistas. Y si hay alguna canción va a ser una o dos, pero dudo que las incluya en álbumes.

SR: Ahora estás viviendo en Argentina, pero ¿cuál es tu visión del rock nacional acá?
Michelle: Me parece que hay muchas joyas ocultas. Hay gente con mucha garra, con mucho profesionalismo, con mucho potencial, pero quizás necesiten cambiar una fórmula. Quizás les falta algo, arriesgarse en algún otro lado, o mismo la gente que no apoya. Cambiar de lugares o empezar a moverse por otro lado. Creo que hay bandas que siguen una fórmula de algún otro artista, que está perfecto, porque yo también me he guiado mucho por W.A.S.P. -Blackie Lawless es un gran referente para mí-, Freddy Mercury, Mötley Crüe, y son todas bandas o artistas muy potentes. Creo que forjé un poco mi personalidad en base a eso y también la fórmula, pero si veo que en un momento no me funciona o veo que no es para mí, cambio. Y veo que hay mucha gente hoy en día, muchas bandas que quizás ya tienen una fórmula marcada. Yo capaz que ahora te saco tres álbumes de patada y después quizás estoy años sin sacar, o no sé. A veces no está bueno tener una rutina en la música. Uno tiene que buscar su propia fórmula sacando frutos de otras bandas o tomando ideas, pero buscar su propio camino. Eso un poco en el rock nacional under. Después, bueno, El Cuarteto De Nos, que ahora está mucho más popero, más experimental, pero en su época más vieja yo los re seguía, iba a todos los conciertos. Las letras de El Cuarteto de Nos para mí son las mejores. Roberto Musso es el mejor compositor del Uruguay o de Latinoamérica, me atrevo a decir. Poesía mezclada con ritmo, mezclada con todo. Si bien no está infravalorado porque tiene su éxito y todo, el tipo para mí está a la misma altura que Cerati, te diría. También me gusta Trotsky, La Vela. Me parecen bandas que marcaron y por algo son lo que son.
SR: ¿Quién es Michelle Víquez hoy?
Michelle: Hoy… no sé, porque cambio mucho y a veces me pongo mucha presión a mí misma para ver si estoy yendo por buen camino. Porque a veces las cosas parece que van bien, pero no sé… Por ejemplo, rechazar ciertas oportunidades en que tenés que elegir entre una cosa y otra, y decís: “¿Habré elegido bien o habré rechazado esto y me sumaría?”. Muchas cosas que uno piensa, pero la vida es así. Puertas que se abren, puertas que se cierran, puertas que uno abre pero no acepta y después te querés matar, o puertas que uno no decide pasar y después era un chasco, entonces decís, “menos mal”. Pero creo que soy la misma de siempre, pasional, queriendo a mi gente. Tratando de ser buena con todo el mundo, pero ya no soy la misma boluda de antes, ya aprendí un montón de cosas. Siento que soy mucho más profesional y que soy mucho más realista, porque antes quizás me peleaba con alguien, intentaba entender el porqué, buscar una solución o que mis amigos todos estuvieran juntos. Hoy en día me ocupo de mí, y que las cosas que tengan que pasar, que pasen. No me entra una bala, directamente; ya está. Es como que sé cuál es el camino que quiero seguir. Antes quizás me preocupaba mucho más por la gente o algo, que está perfecto, pero la gente no hace lo mismo por uno. Entonces, Michelle es eso, hoy en día es Lady Wilde.
SR: ¿Cómo te ves en el futuro?
Michelle: No me gusta mucho hacerme expectativas que después quizás no llegan. Decido que fluya mucho, pero también le pongo más garra que antes y trato de poner cabeza, de ponerle ganas. Si hay un problema, solucionarlo y después llorar o lo que sea, pero no dejarse llevar por eso. Pero la verdad es que me veo bien, me veo viviendo de esto, de lo que me gusta, me veo encontrando otras cosas mucho mejores. No hay chance de que haya otro camino. Me veo por buen camino, siempre descubriendo algo nuevo y siempre cambiando algo.
SR: Michelle Víquez al mundo, entonces.
Michelle: Sí, sí. Ojalá que sí. Trataré de que sea así. Cuando logre una meta, vendrá otra, y así. Ir cumpliendo sueños y tachándolos de la lista. Si hay algún sueño que no puedo cumplir, intentaré, intentaré, intentaré hasta que se cumpla. Y en esos intentos tan resistentes, alguna otra cosa se va a cumplir. Algún sueño que quizás no sabía que tenía, y de tanto estar intentando una cosa, cae otra.
Ariel Scarpa
