En esta sección que dimos en llamar ¡La pregunta! buscamos la opinión de gente del ambiente sobre determinada cuestión planteada a través de una pregunta. Sus respuestas, hilvanadas por un artículo sobre el tema, se reproducen a continuación. Para esta oportunidad, la pregunta fue: ¿Qué determina que una banda sea under? Nos dieron sus opiniones Nico Etcheverry (Na-K, La William Blake Band, La Rockola Humana, El Pantano Gris), Adriana Álvarez Alemán (Será Eterna), Christian Trapp (Vedas Toronado), Gerard “Tato” Moor (La Memoria, Los Muertos), Fernando Novelli (Capitán Tormenta) y Tessi Moreira.
El under… todo un mundo. ¿Disfrutarlo o sufrirlo? ¿Tratar de superarlo o permanecer en él? ¿Es una traición abandonarlo? ¿Está bien si se usa como trampolín? Las preguntas pueden seguir agolpándose una tras otra, y las realidades suelen ser diferentes entre sí. Como la vida misma, el under hay que vivirlo para entenderlo, lo que no quita que cada uno se forme una opinión diferente… o no. Pero mejor dejar espacio a lo que nuestros invitados tienen para responder a esta pregunta.
Nico Etcheverry
Para mí una banda es “under” no sólo por el tamaño de su público o los recursos, sino por la actitud y la forma de encarar la música. Con Na‑K (sobre todo) sentimos que pertenecemos al under, o permanecemos en el under, por elegir la independencia y la honestidad y tal vez también por algo de suerte o destino. Desde hace 23 años a nosotros nos sigue importando lo mismo: hacer las canciones que queremos hacer, tocar donde podemos y donde nos da la gana, y no depender de modas ni de fórmulas. Ser under o estar en el under es, la mayoría de las veces, ir contra la comodidad cuando eso significa ser fiel a lo que llevamos adentro. ¡¡Ojo!! Por suerte hoy día hay lugares under, donde las comodidades son otras que 10 años atrás… donde se puede sonar muy bien y tener una convocatoria significante y gratificante por igual, tanto para el público como para la banda.
Creo que una banda es under cuando el motor principal no es agradar, sino expresarse y conectar de verdad, aunque a veces eso te deje afuera de los grandes circuitos. Eso para mí es lo que mantiene viva la esencia. Y podes llegar a ser muy masivo (te pueden conocer millones de personas, por ejemplo, por redes sociales) y sin embargo, seguir siendo under. Hay un contrasentido ahí… una paradoja… pero son los tiempos que corren. Lo importante es tocar y sentir felicidad por estar vivo y tocando. No importa si frente a uno en un bar under, o 100 mil en un festival. Y convengamos que todos los músicos de rock, creo que sin excepciones, venimos del under. Algunos se van, otros permanecen, otros van y vienen. Como sea, al under, hay que respetarlo, valorarlo… ¡y mejorarlo!
Adriana Álvarez Alemán
Yo pienso que banda under es aquella que no es visiblemente masiva. Es decir, que no es reconocida mundialmente, ni de forma local. Una banda o solista puede ser muy profesional con respecto a su proyecto pero aun así, no deja de ser under por lo comentado anteriormente. Existen muchos factores por lo cual esto sucede, supongo que no tener un sello que respalde tu trabajo es uno de ellos. El hecho de estar autogestionando monetariamente los movimientos del proyecto es desgastante y complejo. Y creo que no tener esos contactos que pueden llevarte a ponerte en lugares estratégicos hace la diferencia. Y claro esté, no debe de faltar la cuota de SUERTE. ¡¡Ojo!! Existen bandas con todo esto y más y aun así siguen siendo under. También creo que es una manera de movimiento cultural que muchos músicos adoptan.
Christian Trapp
Popularmente se atribuye el adjetivo “under” a bandas independientes, de convocatoria no masiva, que se mueven en un circuito de escenarios aguerridos y que pueden tener o no una postura “anti mainstream”. De todas maneras es una etiqueta que no define nada con exactitud, hay bandas convocantes y exitosas (en Uruguay el éxito es relativo) que mantienen una actitud “under”: no tienen difusión masiva pero sí un público fiel; son de culto para una audiencia sólida y determinada; su postura artística (musical y escénica) es “under”… Después hay bandas que uno no calificaría como “under”, porque son todo lo contrario a lo dicho anteriormente. Este estereotipo de banda se movería en el “circuito under” (esos boliches aguerridos) solamente porque no tienen opción: tienen difusión masiva (ponen plata (?)) pero no los va a ver nadie a sus shows; su postura artística (musical y escénica) es netamente comercial pero no genera empatía; su actitud no encaja con la etiqueta “under”… El hecho es que cualquiera de estos tres arquetipos de banda podrían ser “under” según el ojo del observador. Me parece que, la idea generalizada de una banda “under”, se ajusta a lo que decía al arrancar esta reflexión: grupos independientes, no masivos, que se mueven en un circuito sumergido. A eso le añadiría la actitud o la postura artística. Seguramente el imaginario colectivo musical entienda esto último como el “under”.
Gerard «Tato» Moor
¡¡¡Las bandas son under desde los lugares que tocan!!! ¡¡La cantidad de gente que va a sus toques!! ¡¡¡La difusión que se tiene no a nivel masivo!!! ¡¡¡A veces el estilo de música!!! ¡¡¡Hay muy buenas propuestas en el under y no es fácil llegar por esas razones la mayoría de las veces!!! ¡¡¡También ser under tiene esa magia, el contacto con el público, la energía a flor de piel de los recitales!!! ¡¡¡La pasión, el amor que se le pone a lo que uno hace!!! ¡¡¡Y tantas veces hay bandas under que son para ser masivas!!! ¡¡¡Y no se llega nunca!!! ¡¡¡Como que los instantes se pasan y nunca los alcanzas!!! ¡¡¡¡El under es parte del circuito oscuro en nuestra Montevideo!!!!
Fernando Novelli
El under en la música: el lugar donde no querés quedarte.
En el romance musical, “el under” se asocia con la independencia, la rebeldía, lo alternativo. Es un espacio donde, supuestamente, florece el arte más puro, sin filtros comerciales. Pero desde adentro, la historia es terrible. El under -como ocurre en el fútbol con la C o la D- es un lugar donde muchos proyectos terminan estancados. No porque les falte talento, mensaje o creatividad. Sino porque el arte, para trascender, no depende sólo de sus méritos. Hay un componente ineludible de suerte, contactos, visibilidad, trabajo, timing y circunstancias externas que escapan completamente al control del artista.
Muchos levantan la bandera del under como un bastión contracultural, y es cierto que fue cuna de movimientos innovadores: el punk en los ’70, el indie de los ’90, el hip hop en sus comienzos. Pero la diferencia es que en esos momentos, el under era una fase, no una condena. Era un trampolín, no un sótano sin salida. Hoy, para muchísimos músicos, es un estado perpetuo: el under como punto de partida… y de llegada. Estar en el under significa, casi siempre, carecer de recursos técnicos, financieros, de producción y de difusión. Es ser el fantasma que nadie visualiza en el rincón de una fiesta. Significa tener que hacer todo: grabar, mezclar, promocionar, producir, cargar equipos, coordinar shows, negociar pagos, muchas veces con público escaso y sin respaldo mediático. Y esa energía, que podría y debería volcarse a la creación artística, se dispersa en la supervivencia del proyecto.
El romanticismo del under, si alguna vez fue real, se agota rápido frente a la precariedad. No hay nada poético en la falta de apoyo, en la invisibilidad, ni en la imposibilidad de hacer crecer una obra que, tal vez, tiene todo para emocionar, conmover o cambiar algo. No se trata de renegar del origen ni de olvidar los pequeños escenarios. Pero sería bueno reconocer que el under, tal como existe hoy, no debería ser una residencia permanente para ningún artista. Ninguna obra se beneficia de quedar atrapada ahí. Me siento parte del under musical del Uruguay desde hace más de 20 años, pero lo reconozco como un agujero que absorbe el alma de los proyectos cada vez que lo reconozco. He compartido momentos “mainstream” también, y se siente mejor. El under es una escuela, una etapa, si se hace eterno es una puta condena para el músico y su obra.
Tessi Moreira
Para mí, que una banda sea under tiene que ver con cómo y desde dónde se hacen las cosas. Más allá de ser independientes en la producción y en la forma de distribuir la música, implica no seguir fórmulas preestablecidas ni ajustarse a lo que el mercado espera, es priorizar la libertad creativa. Creo que el under es una filosofía de vida creativa y rebelde, tocar aunque no haya escenario, cantar aunque no haya micrófono y aún así seguir sonando fuerte. En definitiva, que una banda sea under es ser fiel a sí misma y a su propio arte.
Un caleidoscopio de opiniones que suman y aportan. Diferentes puntos de vista desde adentro que ayudan a pensar sobre la realidad del under.
Ariel Scarpa
