Presentar a este grupo o, mejor dicho, este nuevo proyecto unipersonal del Sr. Matthews Bell, para muchos ya puede resultar hasta inverosímil o un hecho digno del libro Guiness. Porque nunca un cambio de aire, de ciudad, o hasta de continente ocasionaron tanta productividad en un sujeto como en el caso del mencionado. El muchachito Bell, oriundo de Nueva Gales del Sur en Australia pero que hoy con sus jóvenes 35 años y residiendo en la ciudad de Hallstahammar en Suecia desde hace un tiempo atrás, reaparece con otra idea musical en su ya, vaya uno a saber, qué número de grupo. Cerca de 25 bandas entre abandonadas y en actividad, desde varios proyectos unipersonales, a dúo, con varios sujetos y hasta con más de una decena, es el legado, por el momento, del Sr. Bell.
Para el caso que hoy nos ocupa, el susodicho músico editó hace unos días su tercer álbum denominado Where Sun Resigns, dentro de uno de sus tantos proyectos unipersonales y que tiene vigente desde el año 2023, al cual, en esta oportunidad, decidió llamar Skuggor, lo que en sueco significa, sombra.

Dentro de un estilo de black metal atmosférico, Skuggor sabe estirar los límites de lo conocido y sorprende por su audacia y nivel interpretativo, todo lo cual se traduce en una muy gustosa experiencia, la cual y para esta placa en particular, se reduce en apenas a 33 minutos de sonoridad que se dividen en seis tracks.
Para no ser menos, la atmósfera en el tema de apertura, “Writhe”, encierra al oyente en un ambiente oscuro de un valle nublado, gris y desolado, lleno de un vacío abrumador. A partir del minuto y poco de canción, irrumpen el resto de los instrumentos, recordándonos que estamos ante una obra black donde las viejas características de distorsión y una voz desgarradora y con aullidos, está presente, por el bien de todos.
Particular y cambiante es “Meditations upon the roots of infinity”, donde se conjugan a la perfección sonidos tan extremos como la batería a todo trapo y el sintetizador en una melodía de medio tiempo. Un ritmo frenético y una demostración de pura energía nos da la batería, mientras que los efectos de sonido combinados con la distorsionada guitarra, dejan una sombría sensación que recorre la médula de punta a punta con un escalofrío sin igual.
Otro pequeño riesgo para el estilo es el tercer tema del disco, “From crescent to oblivion”, dado que es un tema muy rítmico, que si no fuese por la crudeza de las voces distorsionadas y una atmósfera deprimente, bien podría ser un lindo tema de hard rock.
Acto seguido se nos presenta “For every wound a hymn of growth”, la cual desde el arranque empieza a una gran velocidad para luego, cerca de los dos minutos, descender a un tiempo lento donde la mezcla de la guitarra y el riff bien distorsionado con la melodía sintetizada generan un sórdido ambiente desolador.

A continuación, “Coma abyss, devour me”, siendo para mí uno de los temas más originales del álbum. Es una mezcla de doom, dark y ambiental, porque desde el principio arranca con el sintetizador generando ambiente para dar inicio a la crudeza de la voz, la cual parece que recitara estrofas de un adiós doloroso y paupérrimo. A su vez, en las partes instrumentales agrega el sonido de un triángulo que brinda un sonido dispar y vívido dentro de tanta oscuridad, para finalmente terminar la canción en forma similar a como empieza, tan sólo con música de ambiente descorazonadora y sombría.
“Time folds spirals” es un tema que tiene su primera mitad lenta y densa, hasta que en cierto momento suenan unos acordes de lo que pareciese una cítara, para dar arranque a la locura de hiper velocidad de la batería con la cual finalizará el tema y el álbum.
El arte de tapa del disco es acorde con su contenido y es una imagen que bien lo resume. Un camino entre medio de un desolado bosque donde el clima parece ser inhóspito y para nada acogedor, pero que a pesar de eso invita al impávido transeúnte a insertarse en sus frondosos lugares donde el sol renuncia.
En resumen, el disco es una travesía por recónditos lugares de introspección del propio escucha, a quien se lo rodea de una atmósfera cruda y melancólica sonorizada por melodías que van desde lo lúgubre y frío como vodka de Siberia, hasta los más cálidos que puede tener la naturaleza, todo lo cual puede provocar sensaciones tan extremas como la de misantropía.
Por eso y como recomendados siempre: niños, no escuchen este disco solos en casa, y uds. los adultos, ojo con la posología o consumo in extremis, que puede provocar severas consecuencias en articulaciones del cuerpo. Así entonces, nuestra recomendación de siempre, hagan un consumo responsable, sin excesos ni abusos.
Tomás Cámara
