Los Días Grises Del Verano

“No está mal

Que bailes desnuda sobre el agua del mar

Si te quieres ver así

Hay lugar

Aunque crea que esto no da para más

No importa que te rías de mí

¿Cuándo podrás amar

Sin tantos complejos?

Para salir del tedio

Destapá algún sueño

Da para más…”

 

Con el corazón lleno de sal y los labios hinchados, la mugre del alma es menos mugre.

Sudor, saliva, licor y cigarrillos.

Atardeceres con los ojos ciegos de luz.

Abrazos que acompasan mi esternón oscuro.

Venas con alquitrán y poesía.

Besos que queman, heridas que cierran (por un rato, lo juro).

Viento marino y luna llena, miradas como cuchillos.

Y el sol, siempre el sol.

Tengo los pies cansados pero estoy contento.

La noche llega otra vez, como una promesa, venus se alinea con mi lengua.

El sabor del durazno, la alegría del alcohol, me arrugan la frente.

Porcelana fría dibuja ojos rasgados, ojos en todas las paredes, colores.

El arte calienta la vida, mis tripas, mis caderas.

Esa luz me hace sudar, mientras ella da forma a una nueva criatura.

Ahora pienso que las monedas pueden tener tres caras, que las estrellas traen más vida, más ilusión.

Que no son sólo la forma maldita de un «¿por qué?», prefiero no preguntármelo más.

Siento su mano caliente en la mía, escucho el mantra desesperado de un alucinado mar gris.

Enciendo un Nevada bajo los pinos, me sirvo otra copa bajo el cielo negro.

Tengan fe en la noche, siempre vuelve y créanme, a veces, hasta los perros viejos nos equivocamos…

 

“No está mal

Que bailes desnuda sobre el agua del mar

Sí, te quiero ver así

Sí, te quiero ver así, así, así, así

Sí, te quiero ver así

Te quiero ver así”

 

Niko Pérez