La amistad entre David Bowie e Iggy Pop fue harto conocida por todos y seguramente, una de las más entrañables de toda la historia del rock. Bowie había sido un gran admirador, desde fines de la década del sesenta, coleccionando discos de The Stooges y escuchando cientos de historias salvajes sobre las locas presentaciones en vivo de Iggy Pop. Para 1975, Iggy estaba totalmente metido en la heroína y su fuerza de voluntad se había agotado. Pero aun así, tuvo la suficiente lucidez para internarse en una clínica e intentar sobrevivir. Incluso antes de que se hicieran amigos cercanos, Bowie fue influenciado por Iggy. El nombre de la creación más famosa de Bowie, Ziggy Stardust, fue una bastardización del primer nombre de Pop. Elementos del estilo errático de Pop alimentaron al personaje, pero incluso después de que Bowie hubiera matado a Ziggy, todavía estaba canalizando el estilo único en el que Pop había sido pionero. Así que cuando Bowie escuchó que Iggy estaba en un pabellón psiquiátrico no dudó un instante en sacarlo.

“The Jean Genie” fue una oda a Iggy, o a la persona “tipo Iggy”: el intelectual oculto que no quiere que el mundo sepa que es instruido . En 2002, Bowie comentó que era uno de los pocos temas que podía seguir cantando sin temor a aburrirse, cosa que me llamó la atención porque esencialmente tiene raíz en el blues tradicional, o sea, es prácticamente “I’m a man”. Cuenta Bowie que comenzó con un riff básico que había escrito una noche en Nueva York, su personaje central se basó en Iggy, y el escenario se inspiró en el Max’s Kansas City. El título, por supuesto, era un juego de palabras con Jean Genet, escritor y activista francés, rebelde y provocador como pocos, que mezcló lo ficticio con lo real convirtiendo, de manera magistral, la fealdad en belleza.

El bajista de The Spiders From Mars, Woody Woodmansey, recordaría más tarde cómo la banda ayudó a crear la canción de camino a Memphis, durante un improvisado jam de guitarras, en la parte trasera del autobús. Fue ahí donde se sembraron las semillas de lo que se convertiría en “The Jean Genie”. George Underwood y Mick Ronson estaban tocando acordes que eran muy similares a la versión de los Yardbirds de “I’m a man”, tema de Bo Diddley. Todo el autobús cantaba “We’re bus, bussing, bussing along”, algo banal que resumía el sentimiento general del momento. Según el bajista, la melodía y el fraseo no eran muy diferentes al estribillo de “The Jean Genie”.

Después de inspirarse en Iggy durante varios años, Bowie finalmente se acercó al cantante de los Stooges. Con la ayuda de Bowie, The Stooges grabaron un tremendo disco final, Raw Power, antes de separarse definitivamente. Luego Bowie ayudó a Pop a componer sus dos primeros álbumes en solitario, The Idiot y Lust for Life, e incluso estuvo de gira como teclista de Pop durante un breve período. Sus colaboraciones directas terminarían después de la década de 1970, pero Pop le dio a Bowie un último regalo: “China girl”, la canción que apareció originalmente en The Idiot antes de que Bowie la versionara (en su genial álbum de 1983, Let’s Dance) y la llevara al Top Ten, tanto en los EE.UU. como en el Reino Unido. Decía Jean Genet en 1977: “Un hombre tiene que soñar mucho tiempo con el fin de actuar con grandeza, y el sueño se alimenta en la oscuridad. Del odio, al igual que de los sueños, nacen nuestras ideas.”
Lic. Hugo Gutiérrez

