Frente al cierre de un nuevo año y como es costumbre, se nos presenta el momento propicio para efectuar un balance, una retrospectiva del tiempo transcurrido y el planteo de objetivos para el entrante año. Así es que, y ya siendo también una propuesta clásica, venimos a ofrecer una muy sencilla, antojadiza, subjetiva y hasta “dos pesos” lista de los que fueron los lanzamientos discográficos más significativos de este 2023. Sin ningún criterio técnico, científico o grandilocuente que vaya a colmar el ojo, o más bien el oído del lector como para que éste salga corriendo desnudo por las calles de su ciudad gritando: “¡¡¡Soy feliz, no necesito nada más en la vida!!!”, encaramos y detallamos nuestro listado.
Aclaramos que el mismo comprende la friolera de 11 discos. Y dicha cantidad no es antojadiza sino que se alcanzó por ser el resultado de restar 23 (del año que termina) menos 12 (que son los días de gestación del ornitorrinco). Por tal motivo, se llegó a la cifra de 11 discos. Clarísimo.
Insomnium

Los legendarios fineses, grandes exponentes del death melódico, volvieron este año con su noveno disco de estudio. El nuevo trabajo se enmarca dentro de las características de la banda con sus tonos de guitarra oscuros y pesados cercanos al sonido del doom metal, pero sin perder la identidad original de death melódico, quienes además le adicionan la velocidad y el ritmo del metal extremo. El detalle peculiar de la banda es propuesto por Niilo Sevänen al brindarnos una composición feroz, de múltiples facetas y ligeramente compleja donde siempre buscan expandir su sonido y concepto.
Luego de tal vez el que haya sido su mejor álbum, o por lo menos así lo remarcó la crítica, su Winter’s Gate, que fue posiblemente el intento más audaz de la banda, con este nuevo disco el conglomerado crea espeluznantes atmósferas de sonidos increíbles, siendo un trabajo donde el escucha encontrará voces limpias y sofisticadas, riffs de guitarra bien pesados y ambientaciones muy bien ligadas, obteniéndose un producto final que alcanzó el punto exacto en que los fanáticos de este género se sienten complacidos y extasiados de placer.
Kalmah

Sin movernos mucho ni de estilo ni de país, tenemos también un noveno disco de estudio de estos fineses de Kalmah. Nombre que traducido del idioma “carelio” (que se habla en la zona de Carelia en Finlandia) significa “hasta la muerte”. Es una banda que ejecuta un death metal melódico de la vieja escuela donde básicamente los sonidos de guitarra siempre crean un poco de tensión, ya sea inestable o permanente, pero donde siempre parece primar el objetivo de la brutalidad.
Kalmah continúa con sus sonidos clásicos donde los teclados suenan afilados, una batería agresiva, hermosas melodías de guitarra, la ambientación sinfónica y las baladas intermedias, resultan en un combo perfecto que se traduce en uno de sus mejores y más completo álbumes.
Overkill

Cambiemos ahora sí de estilo y región del mundo para acercarnos a una de las bandas icónicas del metal. Los americanos de Overkill son una de esas bandas de metal y particularmente de thrash metal, fundamental para el estilo e historia de la música. Están en la palestra pública desde 1980, y habiendo lanzado su primer álbum en 1985, los comandados desde los inicios por Bobby “Blitz” Elisworth en la vocales, continúan vigentes e inmaculados en sus trabajos. En este caso, siguen su vieja línea con canciones como por ejemplo «Scorched», donde magistralmente combinan el thrash y el power metal con elementos ocasionales de heavy. El álbum tiene sonido de calidad, excelente musicalidad (guitarras, bajo, batería) y el canto tradicional de Blitz.
Es un álbum que en teoría se encontró en su lanzamiento con el 72 Seasons de Metallica, el cual pudo haberle hecho mella si es que consideramos a estos últimos como exponentes del thrash por estos días (harto discutible). Ahora bien, y adelantando una opinión, quienes supieron compartir estilos hace casi 40 años, la vida, el rock, las decisiones, el glamour, etc., etc., los hicieron recorrer a cada uno sus diversos caminos paralelos donde transitaron sus días sin muchos cruces (diría, con casi ninguno).
Por lo tanto, concluyó que no creo que haya habido un álbum desde The Electric Age que contenga tantos hits. A pesar de que aquellas son obras maestras, este presente de Overkill mantiene la vara en alto sabiendo que su base de éxito es de décadas atrás, pero está sólida.
Cannibal Corpse

Bueno, apretando un poco las clavijas, machacando un poco la bata y engrosando la voz, venimos a encontrarnos con los floridenses más exitosos del metal extremo, grindcore y brutal death de Cannibal Corpse.
Chaos Horrific, su álbum 2023, mantiene incambiada la línea ya trazada por la banda, pero se le sigue adicionando nuevos toques magistrales que se escuchan por doquier con los aportes de Erik Rutan en todo el disco. Aquí, a diferencia de su debut hace dos años en el álbum Violence Unimagined, se nota la presencia de éste en todos los 39 minutos de la placa con excelentes aportes y cambios de ideas.
Rutan aporta esa ejecución inmensa y le da una parte técnica, gruesa y potente que siempre fue parte integrante de su idiosincrasia. Esta vez el bajo de Alex se siente un poco más relegado en el sonido general porque en esta oportunidad se hace resaltar a las guitarras para que tuvieran más acción. A su vez, la batería tiene mucha más presencia a nivel general en la música, siendo tal vez el disco con mejor nivel técnico y ejecución porque se le nota inmenso en todo el disco. Finalmente, la voz sigue con la intensidad y potencia de siempre; no hay variación al respecto, pero a estas alturas del partido y con tantos años de existencia, pues es parte de su sello de casa de la banda. El disco no es una obra maestra pero sin dudas hay que remarcar el hecho a través del cual hace que el grupo se mantenga al frente del estilo, cosa nada sencilla de obtener dado que ya superan los 35 años de carrera.
Uada

Crepuscule Natura es el cuarto álbum de los americanos de Uada (que en latín significa embrujado), el que en comparación con sus antecesores es más conciso y refinado en el sonido en general logrado hasta el momento. El grupete sigue incursionando por las tenebrosas sendas del black y más específicamente del melodic black metal, desde donde se paran firmes dentro de esa oscura escena under y sin haber llegado aún a los diez años de vida. Con su cuarto trabajo en los tímpanos de sus fans, siguen mostrando una faceta llena de puntos fuertes, y no sólo con la melodía y la velocidad, sino también con la atmósfera y una sonoridad técnica.
Es toda una demostración musical la que ofrecen en el segundo track del disco y que da nombre al mismo, donde a partir del tercer minuto de la canción, la misma se hunde por otros varios minutos hasta la explosión del final, ofreciendo al escucha una versión sonora en línea con la lírica de la banda acerca al paganismo, naturismo, misantropía y misticismo del crepúsculo o fin de la naturaleza, como reza su título con mucho toque de progresivo y melancólico.
La banda perfeccionó la labor de la guitarra de unos sonidos tradicionales del metal y sus influencias para lograr un resultado final que es mucho más impactante y al mismo tiempo, ambicioso. A su vez, otro de los exitosos cambios es el tono vocal el cual se torna un poco más crudo comparado con los trabajos anteriores. Pero lo que sigue incambiado es la longitud de las canciones, las cuales siempre rondan y/o superan los siete minutos de duración. Para este trabajo, el cual contiene apenas cinco canciones y siendo la última de unos 12 minutos, el disco, que totaliza casi unos 42 minutos, es más digerible que su antecesor, que alcanzaba la hora.
En definitiva, un gran disco que puede servir de puerta de entrada al mundo de este amplio estilo que es el black y sus variantes donde sin lugar a dudas Uada nos brinda una buena dosis de oscurantismo en forma de un golpe directo al mentón.
Obituary

Bueno… qué decir de Obituary. Una banda clásica del death de la Florida. Pocos laureles les quedan al grupo formado por los hermanos Tardy, quienes siguen batallando y batallando para permanecer ante los ojos del mundo hace ya más de 35 años.
En este año y recién iniciado el mismo, nos dejaron su Dying Of Everything, el cual nos sigue demostrando que, irónicamente y a pesar de su nombre, el grupo aún no ha publicado su aviso de muerte. Siguen intactos con su death metal de la vieja escuela con grandes riffs, composiciones interesantes y un sonido particular y fácilmente reconocible por todos los que ahondamos en este submundo musical. Mantienen la receta de un doble beat duro y sostenido en varias de sus canciones, con temas de medio tiempo así como alguno híper rápido más a su vez, el tono gutural y muy particular de John, el cual se sigue asimilando a un desgarro del estómago producido por un cuchillo muy afilado.
No hay mucha innovación en este disco, lo cual para algunos resulta tedioso, mientras que para los fans del estilo y particularmente de la banda, es muy grato saber que se mantienen firmes a sus principios, y aunque el barco puede que se hunda, sabremos todos que ellos morirán aferrados a la bandera sosteniendo el clásico estandarte del death.
Avatar
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Los millennials de Avatar arrecian nuevamente en la escena del metal con un nuevo disco, y esto que puede servir de excusa para girar nuevamente y hacer que su “circus” haya caído muy bien a la crítica especializada. La banda formada en el año 2001 en la ciudad de Gotemburgo, combina metal alternativo con death metal melódico, industrial y post moderno.
El disco de este año se llama Dance Devil Dance. Es un trabajo bastante completo que sirve para transmitir la idea musical, lírica y actoral que quiere enseñar la banda. Johannes Eckerström abarca casi todo el espectro vocal, desde cantos melódicos que te transportan a paseos de entrecerrados ojos sobre los cúmulos nimbus para luego, de una bofetada, hacerte despertar y caer raudo al piso con alaridos, gruñidos y rugidos. La música en general ronda los estilos mencionados, aunque existen comentarios negativos en la web de tal vez un exceso en la utilización de aspectos teatrales y circenses que mucho a sus fans de este siglo no les gusta (convengamos que para esto los viejitos como uno ya gozamos con Kiss, WASP, Alice Cooper y demás).
Por tal motivo y centrándonos en la propuesta estrictamente musical, diremos que el nuevo álbum muestra una habilidad vocal de Johannes de dimensiones enormes. Me recuerda a una gran lista de cantantes que pudieron influenciar en él, como ser el Duque Blanco, el Sr. Manson, el Sr. Tankian y hasta tal vez algo de Corey Taylor.
El tema que abre el disco y da su nombre es un resumen de la banda. Muy rítmico y groove con un riff pegadizo y bien rockero alternativo. Como corolario y para dar ese touch diferente, el tema “Train” es de una melodía tranquila y sencilla con similar canto de Johannes, hasta que surge un breve interruptus sobre la mitad del tema donde pega unos alaridos que me recuerdan a mi suegra en una de sus sesiones de exorcismo.
En definitiva, un muy buen trabajo para conocer a esta banda de un heavy moderno donde la estética parece recordar más a bandas oscuras, pero no es más que un truco actoral de distracción.
Blut Aus Nord

Esta banda francesa fundada el año 1994, de nombre traducido del alemán que significa Sangre Del Norte, ejecuta un black atmosférico, melódico y disonante muy bien logrado. Disharmonium – Nahab es el décimo sexto trabajo de estudio, el cual continúa con la serie de aquel disco del año pasado, Disharmonium – Undreamable, más obviamente el posterior Lovecraftian Echoes, donde el grupo decidió evocar las escenas y todo el horror lovecraftiano a través de momentos abrumadores de pura crudeza, caos y violencia.
Por nombrar alguna de las pistas, “The crowning horror” te propone un viaje de suspenso y temor durante sus líneas, donde se hunde cercano al segundo minuto de canción para luego enganchar con la vorágine con la que inició.
Con “The black vortex”, Vindsval parece querer engañarnos al insertar lo que parecen sonidos de trompetas y trombones. Está todo bien con el modernismo, siglo XXI, el industrial metal, y post–black, pero sin dudas este es el caso en que aquí no son más que una especie de alucinaciones auditivas, las cuales se repiten, por ejemplo en el tema “Undreamable abysses”, donde casi caemos en la vil trampa de escuchar un saxofón. Pero no, porque lo más probable es que todos estos «instrumentos de viento» sean efectos de una guitarra desdibujada por los efectos. Es sorprendente lo que puedes hacer con un poco de retardo y reverberación.
En resumen, este álbum de 43 minutos de música es una vorágine de energía oscura y atrapante que le otorga una calidad cautivadora, donde te sorprenden las interacciones entre sonidos graves/pesados y notas agudas/perforantes que atraviesan los altavoces, donde todo culmina en la creación de una pesadilla inquietante pero a su vez mágicamente relajante. Esa es la paradoja.
Angra

Cycles Of Pain es el nuevo trabajo de los brazucas mejores exponentes del progresivo power metal de la actualidad, donde la banda se propone en esta oportunidad seguir ampliando el espectro de su sonido e intentar alcanzar nuevos horizontes, dado que incursionan por lugares recónditos y poco conocidos desde donde toman influencias y adicionan varios cambios, como riffs, ritmos melódicos, guitarras españolas, piano, voces femeninas y canto lírico.
Ya aquella exitosa primera década de vida está cumpliendo 30 años con discos como Angels Cry y el Holy Land, pero esto no significa que Angra haya perdido pie en la escena del metal. Por el contrario, se mantienen con el fuego intacto, dado que constantemente han rellenado su candelabro de novedosos sonidos para que así la llama no se extinga.
El álbum se enmarca dentro de los parámetros de power metal, donde las composiciones son pesadas y rápidas, las cuales intentan dejar intacto el viejo y fundador estilo de Angra. Lo bueno también de esta placa es la consolidación en la voz de Fabio Lione, que muchos aseguraban que no encajaría en el grupo, mitad por sus dos antecesores y mitad por su propio pasado en la banda Rhapsody Of Fire. Pero hete aquí que el italiano se asentó en el grupo y en su primera década, siendo que acaba de lanzar éste su tercer disco, el décimo para la banda.
Con este trabajo parece que decidieron retornar a sus raíces musicales donde a su vez trajeron algunos invitados, sumaron los sonidos de instrumentos tradicionales y de la naturaleza. El disco es muy amplio y desde su primer tema, “Cyclus doloris”, pasamos por canciones como “Ride into the storm” y “Dead man on display”, que conjugan sonidos y ritmos extraños con pinceladas de mínimos lapsos de tiempo; apenas unos segundos que usan elementos extremos.
Todo un disco muy versátil de una amplia calidad e imaginación compositiva que los posiciona firmes como abanderados dentro del estilo al mejor nivel de Dream Theater, Blind Guardian y Stratovarius.
Avenged Sevenfold

Parece que la espera dio sus frutos. Luego de una pausa de siete años, los californianos resurgen en la palestra pública con el lanzamiento del que es su octavo álbum de estudio. No ha sido en vano todo este tiempo, dado que los chicos decidieron meterle las pilas a su nuevo trabajo y así editaron este Life Is But A Dream…
Para el mismo, si te esperabas un anquilosado sonido pesado y duro, mejor rascá el cajón con naftalina de la década de los ’80, porque aquí los chicos vinieron a patear el tablero, ya que se preocupan por innovar y probar con la adición de sonidos e instrumentos que normalmente no se utilizan para un clásico disco de thrash, ni siquiera para uno de metalcore o alternativo. De esta forma, con toques de piano y sintetizadores e intentando emular melodías jazzeras o clásicas, el grupete vino a probar un giro arriesgado en su carrera. Por supuesto que para los “cabecitas y corazones aferrados a 1986” será un disco poco digerible, pero esto no significa que necesariamente sea un mal disco. Lo único que se debe hacer es escucharlo sin prejuicios y con mente abierta, o más bien, con oídos bien abiertos.
Es un álbum muy experimental, de pruebas, de innovaciones, vanguardista y hasta progresista podría decirse. Posee muchos efectos y trances encumbrados que te recuerdan a los trabajos de System Of A Down. A modo de ejemplo, el track de apertura, “Game over”, es todo un combo que resume bien el disco. Comienza con unas líneas de lo que suena como a una cítara para, a los pocos segundos, explotar en un infierno de velocidad de todos los instrumentos y con aullidos por doquier. Sobre el final el tema termina melódico, depresivo, con la citara nuevamente en una tonalidad vocal que recuerda al entrañable de Mike Patton.
Un álbum innovador por donde se lo escuche, que sin ser ultra pesado, tiene varios momentos que te sacuden la modorra y te dejan la cabeza a mil. Sirve de compañía y banda sonora para varios momentos y diversos estados de ánimo del escucha.
Metallica

No por el azar quedó para el final el nuevo trabajo de Metallica, llamado 72 Seasons. Siempre es muy controversial cualquier cosa que haga la banda en estos últimos años. No tanto por la crítica o por el estado de ánimo de los fans o algo ajeno, sino por las propias acciones de la banda. A saber.
Tuvimos un St. Anger del cual tan sólo diré que no les dio para hacer gira del disco. Así que vayan llevando. Ya los problemas empezaron antes, diría yo desde el año 1996 cuando salieron a los escenarios con el disco Load. Acto seguido, el Reload; luego el ya mencionado St. Anger, y así continuaron. Tuvieron una mejoría para el Death Magnetic, pero volvieron a decaer con el anterior al de este año, el Hardwired… To Self Destruct… Uffff, es mucha cosa junta. Resumen de estos discos: casi todos álbumes decepcionantes que no cumplieron con las expectativas de los fans, lo cual queda demostrado en los actuales setlist de los toques en vivo. En esta misma página web ya lo mencionamos como consecuencia de nuestro artículo acerca del toque de Metallica en Argentina el pasado año 2022. ¡¡¡¡Un set list de 16 canciones con cinco del álbum negro!!!! ¿¿¿¿WTF????
Sobre el 72 Seasons de este año, por no ahondar y ser directo (dado que tenemos que ir a descorchar el espumante para brindar por el nuevo año), sólo se dirá que es otro del montón. No hay riffs nuevos, la batería es monótona y James no innova ni en su despliegue musical ni tonal. Es otro disco que al igual que fueron los últimos cinco, no pasará a la gloria y quedará en el ostracismo de lo que en algún momento la banda supo dirigir y encabezar.
No termino de entender cómo dejaron salir esto a la calle. No se concibe la desesperación y ansiedad que declaró Hammett que tenía por grabar y sacar un nuevo disco porque, supuestamente, ¡¡¡ya había compuesto como 120 nuevos riffs!!! ¿Y dónde están, mi viejo amigo? ¿Los perdiste en el camino o se los regalaste alguna otra bandita?
Bua… en fin… qué decir. Ahora entiendo porqué James lloró en Brasil sobre el final de la gira del disco anterior y porqué fue Lars el que rauda y velozmente lo consoló. Sí, es claro. ¡¡¡Porque sabían que se les venía este disco encima!!!
Tomás Cámara
