Apagón

Los integrantes de la Generación Graffiti siempre estuvieron varios casilleros adelante. Hace 40 años que nos vienen advirtiendo acerca de las atrocidades que, hoy en día, estamos padeciendo. Los textos de cientos de canciones de los años ochenta, son motivo de análisis en las más prestigiosas universidades del mundo debido a su absoluta vigencia. Lo paradójico del asunto es que ese puñado de jóvenes roqueros uruguayos compartieron instrumentos, pedales, estudio de grabación, técnico de sonido y hasta integrantes. Aún así cada banda tenía su impronta, un sonido particular pero con la misma esencia, lo que le brindaba al movimiento una enorme identidad. En la actualidad, ninguna banda comparte guitarras, ni efectos, ni estudios de grabación, mucho menos ingenieros de sonido, pero, a diferencia de lo que ocurría en los ochenta, hoy en día todo suena igual, el éxito del trapero dominicano se confunde con la banda uruguaya más taquillera.

¿Te imaginás el rock uruguayo sin el Tango Que Me Hiciste Mal… o sin el  Montevideo Agoniza”? El punk uruguayo fue el único en experimentar el carácter parricida inherente al género. El régimen dictatorial, indirectamente, contribuyó a ello, dado que muchos músicos de los años sesenta se fueron al exilio y los que se quedaron, prácticamente, fueron condenados al ostracismo. Esto creó una brecha cultural insoslayable que trajo como consecuencia el desconocimiento de los músicos jóvenes (de los ochenta) acerca de sus antecesores artísticos locales.

Redoblo la apuesta, vamos a cruzar el charco: ¿te imaginás el rock argentino sin el primer disco de Los Violadores o sin el Divididos Por La Felicidad de Sumo? En Argentina, en 1982, se dio un hecho que cambió la matriz cultural porteña: el gobierno de facto, como consecuencia del conflicto con Gran Bretaña por las Islas Malvinas, prohibió la difusión de música en inglés. Obviamente, esto trajo aparejado un crecimiento exponencial de la escena argenta. Algunos sostienen que de este lado del Río de la Plata, tres años después sucedió un fenómeno de manipulación cultural con puntos en común. En ambos márgenes del Plata, existen dos músicos de esa camada, con características similares que sobresalen del resto. Víctor Nattero (Los Traidores) y Gustavo “Stuka” Fossa (Los Violadores) son dos eximios guitarristas y mejores compositores, únicos en su especie por desafiar una premisa universal: buen instrumentista, pobre compositor / pobre instrumentista, buen compositor. Estas dos Raras Avis del Plata han derribado esta teoría global a lo largo de sus vastas carreras.

Conmino al ávido lector a realizar un rápido repaso mental a modo de clasificar a sus héroes musicales. Friedrich Nietzsche, en su “Humano, demasiado humano”, fue el primero en cuestionar la destreza en el arte; decía que el virtuosismo no tiene nada que ver con una expresión artística. Definía la destreza como la demostración ingeniosa de ciertas estrategias y reglas programáticas. En esos conceptos se basaron corrientes artísticas enteras. La música es enemiga del diseño, por definición debería combatir el plan. El verdadero artista es aquel que no sabe lo que hace. Conoceremos cómo suena la banda recién cuando se corte la luz. En un apagón sólo los Stuka y los Nattero podrán amenizar la fiesta satisfaciendo a la, cada vez, más ausente y menos exigente audiencia.

Lic. Hugo Gutiérrez