APUBDR II – The Beatles Guía Completa De Canciones

Apuntes Para Una Biblioteca De Rock tiene su segunda entrada en Redes Comunicantes. Vamos a hablar de un libro y de otros pensamientos que surgen de su lectura y el entorno en el que se escribe esta nota.

Un domingo invernal, pero de temperatura agradable. Un cielo grisáceo veteado de nubes, y un sol tibio que asoma cada tanto, invitan a una mañana de introspección. Es en esos momentos donde puede surgir un espacio de conexión, de inspiración. Tiempo ideal para escribir algo. Casi como un mantra siempre digo a quienes asisten a mis talleres de narración que: el punto de partida para escribir es deconstruir nuestra realidad, nuestras vivencias. Tomar de ellas lo necesario para generar una nueva mirada sobre algún tema del que consideramos que no se ha dicho lo suficiente, o no fue visto desde la perspectiva que nosotros lo presentamos. Así en ese viaje mental, en un breve lapso, recorremos nuestra historia de vida y tomamos aquello que necesitamos de nuestros recuerdos, experiencias, de nuestro acervo de conocimiento y unimos fragmentos que pueden parecer disconexos en una primera mirada para generar aquello que queremos escribir.

El viaje en este caso arrancó escuchando el Revolver y recorriendo en el libro The Beatles Guía completa de canciones, escrito por W.J. Dowlding, el capítulo que habla sobre las canciones del mismo disco.

Lo primero que me vino a la cabeza fue un recuerdo, haber conocido a los Beatles escuchando un programa del inmenso Quique Pereira, Ciudad Abierta, en Eldorado FM 100.3. Solía iniciar esa transmisión sin mediar palabra, compartiendo un par de temas de la banda, como si fuera un ritual necesario para dimensionar la magnitud de su obra y todo lo que vino después. O como dice Caetano Veloso en el tema “It´s a long way”, del álbum Transa: Desperté esta mañana /Cantando una vieja, vieja canción de los Beatles.

Acto seguido, escuchando el álbum y recorriendo las páginas del libro, con una enorme cantidad de datos relevantes sobre la obra, se puede dimensionar su contexto y valor histórico. Para muchos, entre quienes me incluyo, Revolver es el gran álbum de la banda. El que les hizo descubrir todo su potencial y confirmó su madurez compositiva.  El disco fue editado el 5 de agosto de 1966.

Un factor muy importante es lo elaborado de las letras de las canciones que lo conforman. Una de las mejores canciones, la mejor en mi opinión, es “Eleanor Rigby”. Una mirada profunda y sutil sobre la soledad. En el libro se puede leer, tomado de las palabras de los propios músicos, parte del proceso de composición. Entrar en la cocina de su escritura.

McCartney dice: “Saqué el nombre Rigby de… una tienda llamada Rigby. Y creo que Eleanor venía de Eleanor Bron, la actriz con la que trabajamos en la película Help! Buscaba un nombre que sonara natural… Entonces la llevé a casa de John en Weybridge. Nos sentamos, nos reímos, nos pusimos ciegos y la acabamos”… “Lo siguiente fue Father MacKenzie. Iba a ser Father McCartney, pero luego pensé que eso era hacerle una faena a mi padre, metiéndole en una canción tan solitaria. Así que nos pusimos a buscar en el listín de teléfonos. Ahí está lo bonito de trabajar al azar: funciona perfectamente, mucho mejor que si intentas planearlo con el intelecto”. Este texto tomado de las palabras de McCartney nos da una gran imagen sobre lo que puede ser un proceso creativo a la hora de escribir la letra de una canción, y también aplica a un cuento o una nota periodística, a lo que se quiera escribir.

Así, el hecho fortuito de sentir ganas de escuchar un disco. Hacerlo leyendo un libro con un texto relacionado y la conexión que esto genera con otras historias, otras músicas y recuerdos dio como resultado esta nota. Así, el buscador más importante que tenemos, que es la curiosidad y el sentir que nos lleva a descubrir o encontrar los nexos invisibles de todo, nos permite concebir algo nuevo, personal y único.

De ahí viene escribir algo sobre un libro que considero indispensable en cualquier biblioteca de rock que se precie y, haciendo honores al sentido de Redes Comunicantes a la vez, desarrollar un texto que puedo compartir en los talleres literarios que realizo. Además, reflexionar de forma tangencial sobre un tema tan en boga como las AI, ya que las características de este texto confirman que esto es algo que todavía no pueden hacer las “inteligencias” artificiales. Que sí pueden, entre una enorme magnitud de datos que se les proporcionan, producir un texto informativo pero carente de todo vestigio de alma y creatividad; de muestras de un pienso, que, en el acierto o el disenso surge de la condición humana. Lo esencial para escribir divagues de este estilo.

Gustavo Aguilera